Supply Chain Frontiers issue n.º 59. Lea todos artículos en este asunto.
La integración de la resiliencia en las cadenas de suministro puede reducir costes, aumentar la eficiencia y mejorar la competitividad. Pero, ¿qué medidas concretas generan resiliencia y aportan estas ventajas? Zaragoza Logistics Center (ZLC), ubicado en Zaragoza (España), presta asistencia a un destacado fabricante de electrodomésticos en el marco de un ambiciosos proyecto de investigación de cuatro años financiado por la Unión Europea (UE), que comenzó su andadura en verano de 2014.
El proyecto CORE (Consistently Optimised REsilient ecosystem – Ecosistema resiliente optimizado consistentemente) desarrolla nuevos conceptos y herramientas en los ámbitos de riesgo y resiliencia dentro de la cadena de suministro. El Dr. Luca Urciuoli, Profesor Asociado de Investigación en el Programa Internacional de Logística MIT-Zaragoza, lidera la participación del ZLC en el proyecto junto con sus colegas, Jeanett Bolther, Leonardo Gomes, Prof. Mustafa Cagri Gurbuz, Spyridon Lekkakos, Stephen Miles y Philip Spayd, que trabajan desde Zaragoza y EE.UU.
CORE está inspirado en anteriores iniciativas de la UE para fomentar la innovación en la cadena de suministro. Cuenta con 50 millones de euros en fondos europeos y engloba a 77 organizaciones asociadas procedentes de círculos académicos, entidades públicas e industrias. El programa consta de 22 paquetes de trabajo distribuidos de manera más o menos equitativa, que desarrollan tecnologías y proyectos con el nombre de Living Labs (Laboratorios vivos), y cuya misión es evaluar y aplicar las innovaciones en entornos operativos reales.
La participación del ZLC se articula en torno a los Living Labs, en especial un proyecto centrado en BSH Electrodomésticos España, S.A., perteneciente a BSH Hausgeräte GmbH. BSH es el tercer fabricante de electrodomésticos más importante del mundo y principal ofertante en Europa.
Esta empresa fabrica electrodomésticos en sus propias fábricas en China. Parte de la producción se transporta por carretera en contenedores hasta el puerto de Yantian, donde es embarcada en buques que tienen como destino el puerto de Barcelona en España. Desde allí, la mercancía se transporta por ferrocarril hasta el almacén de BSH en Zaragoza (España). Cuando se considera necesaria, la inspección aduanera se puede realizar en las instalaciones de Zaragoza. BSH desea evaluar los impactos de los sistemas informáticos que automatizan la presentación de documentos aduaneros. Además, la empresa quiere garantizar la puntualidad de las entregas mediante una mejora en las previsiones de tiempos estimados de llegada y en la gestión de riesgos, una mayor visibilidad y un intercambio de información ampliado con sus agentes interesados.
“En colaboración con nuestros socios del Living Lab, estamos desarrollando herramientas de TI para recuperar información específica del sistema informático existente de BSH y reutilizarla para facilitar la presentación de declaraciones de tránsito aduanero. Este procedimiento ofrece perspectivas de reducción de costes globales de cumplimiento”, declara Urciuoli.
La automatización podría suprimir la tramitación manual de documentos tales como declaraciones aduaneras y limitar la probabilidad de errores que conllevan inspecciones aduaneras innecesarias. Otra posible ventaja son las mejores previsiones de tiempos estimados de llegada, que permitirían a BSH detectar acontecimientos imprevistos en tiempo real y tomar medidas correctivas cuando la mercancía se encuentra todavía en tránsito. Por ejemplo, en el proyecto Living Lab de BSH, se requieren 21 días para recorrer el tramo marítimo y pueden suceder muchas cosas durante ese tiempo que alteren los planes de entrega.
Una consideración exhaustiva y global de los riesgos representa una ayuda en la toma de decisiones en muchos ámbitos, incluyendo la asignación de capacidad de producción, las negociaciones contractuales, la optimización de carteras de proveedores y la subcontratación de capacidad de transporte.
El planteamiento inicial del proyecto consiste en recabar tanta información como sea posible a partir de datos disponibles en la cadena de suministro y de bases de datos sobre riesgos con cobertura global y/o nacional. Además, los investigadores se proponen entender mejor cómo se correlacionan los índices de riesgos y los datos de cadena de suministro con las alteraciones en la cadena de suministro. Las catástrofes naturales, el comienzo de las crisis económicas y los conflictos geopolíticos son ejemplos de acontecimientos que auguran alteraciones en la cadena de suministro.
“Comprender la naturaleza de estas relaciones mejorará nuestra capacidad para entender y modelizar las causas de las huelgas en los puertos o las plantas de fabricación, los ciberataques, el fraude, el mayor número de inspecciones aduaneras, etc.”, señala Urciuoli.
Estos conocimientos se podrían incorporar en alertas automáticas que advirtieran a la empresa de posibles demoras. Se aplicará un enfoque similar para predecir otros tipos de retrasos, con el objetivo último de crear un sistema automático de alertas basado en riesgos conocidos y riesgos que surgen mientras la mercancía está en tránsito.
Un conjunto de indicadores clave de rendimiento (por sus siglas en inglés, KPI) aportará realismo a la investigación, y estas medidas se supervisarán en el Living Lab. Los indicadores incluyen cuántas veces los contenedores no llegan al punto de embarque en China, el tiempo que la empresa dedica a tramitar la documentación aduanera o el porcentaje de entregas a tiempo conseguido en la ruta.
Los estudios realizados con anterioridad demuestran que la visibilidad y la capacidad de gestión de riesgos mejoradas ayudan a las empresas a reducir sus stocks de seguridad y flujos de inventario manteniendo los mismos niveles de servicio. Mejoras así aportan ahorros económicos concretos. También se obtienen beneficios indirectos, como la imagen de marca optimizada y más satisfacción del cliente y fidelidad. Asimismo, el proyecto Living Lab es un entorno de pruebas donde los investigadores monitorizan y miden estos impactos observando el rendimiento de las nuevas tecnologías en operaciones reales.
Urciuoli cree que el potencial de aplicación de los resultados de investigación en otras vías comerciales y negocios es enorme. “Muchas empresas transportistas y navieras tienen preocupaciones semejantes a nuestro objeto de estudio y el intercambio de información también es similar”, afirma. “Algunos términos y definiciones de elementos pueden variar ligeramente, pero en CORE estamos desarrollando ontologías y tecnologías basadas en la semántica que en nuestra opinión serán decisivas para conseguir una conectividad excelente con un menor esfuerzo de desarrollo”.
Los beneficios previstos para BSH son de índole táctica y estratégica: reducción de costes y procesos más eficaces, además de una mayor ventaja competitiva que permita a la empresa mantener y ampliar sus cuotas de mercado.
Si desea más información sobre CORE y la contribución de ZLC, contacte con el Dr. Luca Urciuoli, lurciuoli@zlc.edu.es.