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Supply Chain Frontiers issue n.º 53. Lea todos artículos en este asunto.

La infiltración de medicamentos falsos en la cadena de suministro farmacéutica es un grave problema, y los métodos convencionales para detectarlos son por lo general inadecuados. En el MIT-Zaragoza International Logistics Program se está investigando por qué los dispensadores de fármacos como las clínicas y las farmacias pueden adquirir fármacos falsos. En la investigación se analiza un nuevo método para combatir la falsificación de fármacos, mediante el diseño de estrategias de mitigación basadas en la forma en que los dispensadores suministran los medicamentos.

La investigación fue iniciada por Laura Wagner para su tesis doctoral Sourcing Decisions for Goods with Potentially Imperfect Quality Under the Presence of Supply Disruption (Decisiones sobre aprovisionamiento para artículos con calidad potencialmente imperfecta en un contexto de interrupción de suministro). El supervisor de la tesis es el Dr. Mustafa Çagri Gürbüz, profesor de SCM en el MIT-Zaragoza International Logistics Program, y el Prof. Mahmut Parlar, de la DeGroote School of Business, McMaster University, Canadá.
 
La Agencia de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) estima que el 1% de todos los medicamentos consumidos en los países desarrollados y hasta el 30% en los países emergentes o subdesarrollados son falsificados.

El daño social y económico infligido por estos medicamentos ilícitos es enorme. Existe un caso destacado que ilustra la magnitud del problema. En 2007, un fiscal panameño anunció que al menos 94 personas habían muerto por haber ingerido un medicamento contra la tos contaminado con jarabe tóxico. El departamento de sanidad pública de Panamá, sin saberlo, había adquirido y distribuido el medicamento, que fue producido en China y manipulado por intermediarios y mayoristas en Asia y Europa antes de llegar a los consumidores finales de Latinoamérica.

La complejidad de las cadenas de suministro farmacéuticas facilita el camino a los falsificadores para distribuir sus productos defectuosos. A pesar de que tan sólo unos pocos mayoristas grandes comercializan la mayoría de los fármacos genuinos en los canales de distribución, hay miles de distribuidores pequeños que compran el exceso de producto, lo vuelven a envasar y se intercambian el excedente de medicamentos. Cuando se produce escasez de fármacos, principalmente debido a déficits de producción, estos pequeños agentes se convierten en una fuente principal para los compradores de niveles inferiores en la cadena. En tales situaciones, los fármacos esenciales se suelen vender a precios inflados.
 
La complejidad de esta cadena de suministro, combinada con los altos márgenes y la falta de transparencia, proporciona a los falsificadores innumerables oportunidades para colar sus productos falsos entre los medicamentos genuinos. La industria responde con nueva tecnología, pero cada vez que se introducen dispositivos de detección más potentes, los delincuentes encuentran la forma de esquivarlos.

Las autoridades sanitarias locales en países como Estados Unidos llevan a cabo inspecciones aleatorias de calidad. También se destina un número importante de recursos a programas de sensibilización de consumidores para enseñar al personal médico y los pacientes a identificar los medicamentos falsos. Sin embargo, estos esfuerzos se basan en medidas subjetivas y poco fiables, como el olor y el sabor del producto falsificado y el tipo de envase utilizado.

En la investigación se están desarrollando modelos para prácticas de aprovisionamiento de dispensadores como clínicas y farmacias, que pueden adquirir productos tanto de fabricantes genuinos como de mayoristas locales y regionales. Se asume que los primeros suministran medicamentos auténticos, mientras que los segundos tienen probabilidades de suministrar productos defectuosos que pueden resultar perjudiciales. Además, es probable que el consumo de medicamentos ilícitos genere a los dispensadores costes adicionales que no pueden preverse. También se asume que el dispensador no es capaz de predecir con certeza ni la demanda futura ni la ocurrencia de interrupciones de suministro.

Los objetivos del proyecto están definidos por estas tres preguntas:

  • ¿En qué condiciones (relacionadas con las interrupciones de suministro y los defectos de calidad debidos a la falsificación de productos) el dispensador estaría dispuesto a correr el riesgo de tratar a los consumidores finales con medicamentos potencialmente falsificados? ¿Cuál sería la estrategia de aprovisionamiento óptima del dispensador en tales situaciones?
  • ¿El fabricante genuino tomaría medidas para aumentar la disponibilidad de productos como una estrategia de mitigación contra la infiltración de fármacos falsos?
  • Si los fabricantes genuinos iniciaran programas de sensibilización de consumidores finales, ¿representarían estos programas muchos costes para los dispensadores y provocarían un desajuste de incentivos?

Existen varios motivos por los que buscar respuestas a estas preguntas podría ser de ayuda para ambas partes a fin de combatir a los falsificadores. A continuación se exponen dos de los más significativos.

En primer lugar, conocer más a fondo los incentivos y motivaciones que hacen que los dispensadores adquieran productos de fuentes dudosas ayudaría a los fabricantes a diseñar contramedidas más eficaces. Este conocimiento también sería valioso para salvaguardar la cadena de suministro del fabricante genuino frente al daño provocado por los medicamentos ilícitos.

En segundo lugar, el aprovisionamiento de productos falsificados suele ser el resultado de un suministro inadecuado de los medicamentos auténticos. Por tanto, para los fabricantes genuinos es importante entender de qué forma los problemas de suministro nutren el comercio de productos falsificados.

La investigación todavía está en marcha, pero las conclusiones preliminares sugieren que, cuando los fabricantes genuinos no tienen disponibilidad de producto, los dispensadores prefieren adquirirlo de mayoristas locales o regionales, susceptibles de suministrar producto falsificado, antes que dejar de tratar a los pacientes.

Más adelante, se espera que el proyecto arroje luz sobre cómo los dispensadores toman las decisiones sobre aprovisionamiento y cómo la sensibilización de los consumidores influye en estas decisiones. Otro posible resultado de la investigación es que el conocimiento adquirido sobre los mecanismos de aprovisionamiento mostraría a los fabricantes genuinos cómo podrían prevenir que los fármacos falsificados llegaran a los pacientes.

Para obtener más información sobre la investigación, contacte con el Dr. Mustafa Çagri Gürbüz.