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Las empresas dedicadas al uso de productos de desecho como materia prima para los productos biológicos ayudan a las empresas y los países a alcanzar sus objetivos de sostenibilidad. Aunque para tener éxito también deben ser comercialmente viables. Un nuevo  proyecto de investigación financiado por la Comisión Europea adopta un nuevo enfoque para evaluar estas empresas, analizando el rendimiento financiero de sus cadenas auxiliares de suministro.

El proyecto AGROinLOG (Demostración de centros de logística de biomasa integrados e innovadores para el sector de la agro-industria en Europa) tiene una duración de 42 meses y está previsto que finalice en mayo del año 2020. Un  total de 14 organizaciones participantes aportan su experiencia en áreas tan diversas como la química industrial, la ingeniería mecánica y la gestión de la cadena de suministro. Zaragoza Logistics Center (ZLC), lidera la parte de investigación dedicada a desarrollar un marco en la cadena de suministro para la evaluación de Centros Integrados de Logística de Biomasa (IBLCs).

La investigación se centra en tres aplicaciones de la industria agrícola: alfalfa (España), producción de aceite de oliva (Grecia) y procesamiento de cereales (Suecia). La alfalfa puede convertirse en pellets de biomasa sólida y materiales de construcción. La materia orgánica procedente de la poda de olivos puede ser utilizada en la producción de pellets y como materia prima alternativa para la construcción de tableros de partículas. Otros residuos de las aceitunas son destinados a bioproductos intermedios para el mercado farmacéutico y de la cosmética. La industria energética utiliza el tallo de los cereales y la paja como materia prima: por ejemplo, en la producción de bioetanol, un aditivo para combustible diesel y carbón vegetal.

Una gran parte de estos mercados tienen un potencial de crecimiento significativo. Por ejemplo, existe un enorme y creciente mercado de combustibles renovables derivados de los residuos orgánicos.  La Agencia Internacional de la Energía estima que en 2015 la proporción de energías renovables en el suministro total de energía de la región de la OCDE alcanzó el 9,7%, el mayor porcentaje desde que la Agencia Internacional de la Energía (AIE) comenzó a realizar esta serie de análisis temporales en 1990. La mayor parte del suministro de energía primaria renovable en la OCDE proviene de los biocombustibles y los residuos, que según la AIE, representa el 55,1% de la oferta renovable.  De estos biocombustibles, los sólidos, incluyendo madera, sus desechos, otros desechos sólidos y carbón vegetal, constituyen la mayor proporción de la oferta.

Pero crear negocios rentables que obtengan la producción de desechos de operaciones agrícolas y la utilicen como materia prima para producir biocombustible podría requerir una inversión significativa.

La reutilización de los residuos agrícolas tiende a ser localizada. En las operaciones locales, existe poca necesidad de técnicas avanzadas de gestión de la cadena de suministro para que el negocio de los productos biológicos sea competitivo y rentable. La apertura del negocio a clientes más lejanos permitiría a los IBLC acceder a mercados geográficamente distintos. Además, podrían aplicar estrategias personalizadas de adquisición y diseño de redes para lograr economías de escala, reducir los costes, asegurar una reposición continua superando así los problemas de estacionalidad que pueden ser restrictivos en el sector agrícola.
Además, las empresas deben competir con las ya existentes. Por ejemplo, la paja de cereal ya se utiliza de forma generalizada como materia prima en la producción de bioetanol. Los negocios ya reciben el apoyo del gobierno a la hora de construir y mantener un mercado de bioetanol, y una de las metas del proyecto AGROinLOG es averiguar si este tipo de empresas pueden ser económicamente auto sostenibles - y sobre todo, qué estrategias y técnicas, así como si se necesita formación para establecer cadenas de suministro de apoyo.

Un esfuerzo importante como objetivo de la investigación dirigida por ZLC es desarrollar un modelo para evaluar el papel de las cadenas de suministro y ayudar a los IBLC a competir de una forma más efectiva. Serán necesarias diferentes herramientas con el fin de analizar los componentes de la cadena de suministro, tales como servicios de transporte para los distintos productos biológicos involucrados. ZLC también se encarga del desarrollo de herramientas que midan el impacto ambiental de las cadenas de suministro. Tanto los costes relacionados, como la inversiones en equipos de procesamiento -en algunos casos será necesario instalar líneas de producción separadas para productos de grado alimenticio- serán parte del análisis.

La proximidad de los clientes es otro factor determinante de la viabilidad comercial. Por ejemplo, podría ser posible recurrir a otras redes de distribución de productos para minimizar costes de distribución.

Para diseñar un panorama competitivo global, los investigadores se basan en las diferentes disciplinas que los participantes del proyecto ponen encima de la mesa. Por ejemplo, el equipo investigador está formado por especialistas en ingeniería química que pueden proporcionar la experiencia que ZLC necesita para evaluar las opciones de la cadena de suministro. Un ejemplo se puede encontrar en la producción de bioetanol, que implica un proceso de hidrólisis que requiere que la paja del cereal sea pretratada;  pudiendo este paso añadir cierta complejidad a la cadena de suministro. Otro ejemplo se refiere a situaciones en las que se modifica el proceso de fabricación y por tanto, los plazos en la  producción. ¿Cómo podrían afectar tales cambios a las cantidades de pedidos de materia prima, tamaño de lotes, requisitos de espacio de almacenamiento, etc.? Asimismo, la introducción de nuevos procesos de tratamiento puede causar restricciones de seguridad que deben evaluarse cuidadosamente.

Con la demostración de la viabilidad ambiental y económica de los IBLC, a través del proyecto AGROinLOG se identificarían nuevas oportunidades para la creación de negocios rentables y ambientalmente sostenibles. Además, estas empresas podrían generar empleo en las zonas rurales donde los empleos son actualmente escasos o de carácter estacional.

Para más información sobre el proyecto AGROinLOG pueden contactar con el investigador principal del proyecto, Dr. Luca Urciuoli, profesor asociado del MIT Zaragoza Internacional Logistics Program, en: lurciuoli@zlc.edu.es  

 

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