Los alimentos tienen que almacenarse y transportarse a diferentes temperaturas según la naturaleza de cada producto. Entonces, ¿por qué no racionalizar la distribución de estos productos estableciendo diferentes zonas de temperatura en un mismo camión?
En eso consiste básicamente la distribución de vehículos de varios compartimentos (MCV, por sus siglas en inglés), que está ganando terreno en toda Europa. No obstante, añadir complejidad a un vehículo tiene un coste. El Centro para la Logística y la Gestión de Cadenas de Suministro de Luxemburgo (LCL) ha analizado esta solución para arrojar luz sobre la rentabilidad de la distribución de MCV.
En Europa, la distribución puede representar hasta un 20% de los costes logísticos totales en la cadena de suministro de alimentos. Dado que los márgenes, en general, son pequeños, existe la necesidad obvia de sacar el máximo partido a la eficiencia de las operaciones de la cadena de suministro.
Los productos alimenticios se dividen en tres segmentos: congelados, fríos o temperatura ambiente, conforme a una estricta normativa. La mayoría de productos se envía a almacenes de centros de distribución. Las tiendas de descuentos y la mayoría de supermercados europeos operan con varios centros de distribución regionales. Estas instalaciones se organizan conforme a segmentos específicos de temperatura y normalmente sirven a entre 50 y 400 puntos de venta al por menor.
Tradicionalmente, los camiones de entrega están equipados para llevar una categoría de temperatura de productos alimenticios; lo que limita el número de puntos de ventas a los que puede servir. Por tanto, la introducción de MCV supone la entrega de todos los segmentos de productos y ofrece mucha más flexibilidad para planificar la ruta.
Sin embargo, estos vehículos versátiles también añaden complejidad a las cadenas de suministro. En los centros de distribución, estos camiones visitan múltiples puertas para recoger productos de categorías diferentes de temperatura. Los camiones tradicionales de un único compartimento (SCV) pueden, en general, completar las operaciones de carga en una sola plataforma. Además, la carga y descarga de MCV es más compleja ya que los vehículos están divididos en compartimentos para cada zona de temperatura.
Existen tres procesos importantes y diferencias en los costes entre el modelo con MCV y con SCV.
- La distribución con MCV requiere procesos operativos adicionales. Las paradas extraordinarias que se requieren para cargar productos de varios segmentos en el centro de distribución genera más viajes y tiempo de preparación. Reabrir los compartimentos cuando se descarga en puntos de venta al por menor también añade tiempo a esta opción.
- La distribución con MCV reduce el tiempo de procesos operativos. Dado que los camiones transportan productos de segmentos diferentes, pueden entregar a los clientes más de un tipo de producto en cada parada. Por tanto, el número de paradas y preparaciones de descarga en puntos de ventas al por menor se pueden reducir. Estas ventajas también reducen el tiempo necesario para que las tiendas reciban la mercancía (por ejemplo, comprobar pedidos de compra, rellenar documentos de envío).
- La distribución de MCV reduce los costes de cada porte. Se dispone de más flexibilidad a la hora de asignar pedidos a camiones y crear rutas de entrega y esto reduce de manera significativa los trayectos.
Dada estas diferencias, los investigadores del LCL consideraron diferentes variables para analizar las implicaciones del coste de la distribución con MCV en comparación con la distribución con SCV. Entre esas variables, se incluyeron el número de compartimentos en cada camión y cada recorrido, qué pedidos se asignaron a qué compartimentos y camión y qué puntos de ventas u pedidos de puntos de venta se combinaron en cada viaje.
La capacidad para adaptar vehículos también se tuvo en cuenta. Por ejemplo, el número y el tamaño de compartimentos se pueden modificar en cada viaje y es posible inhabilitar compartimentos individuales si fuese necesario. Los pedidos de una zona de temperatura se pueden combinar en el mismo compartimento; otros se tendrán que transportar por separado.
Los investigadores crearon un modelo de decisión matemático y un enfoque basado en soluciones para reducir al mínimo los costes de transporte y carga/descarga asociados con las rutas de MCV para diferentes configuraciones de compartimentos. La asignación de pedidos y la ruta tenían que obedecer a objetivos de compartimentos y capacidad. Una reserva adicional integrada en el modelo permitía la secuenciación de ubicaciones en cada ejecución de entrega.
En el que respecta a los minoristas, una pregunta fundamental es si la distribución con MCV supera a la opción más tradicional con SCV en términos de costes. El modelo analizó el rendimiento de un sistema de distribución con MCV solamente, junto con uno solamente con SCV. Se evaluaron los diferentes tamaños medios de los pedidos (pequeño, mediano, grande) con datos simulados para obtener una visión general. El enfoque permitió que los investigadores simularan un amplio conjunto de escenarios de distribución que incluía hasta un máximo de 200 clientes y cinco segmentos de productos.
La distribución con MCV superó con creces a la distribución con SCV en cada tamaño medio de pedido. Cuanto más pequeño es el pedido, más amplia es la diferencia. Por ejemplo, transportar pedidos pequeños en camiones compartimentados consiguió un ahorro en costes del 23,6%. El análisis sugiere que las ventajas obtenidas por la distribución con MCV aumentan de manera significativa a medida que desciende el tamaño medio del pedido.
Estos resultados se compararon con datos de una operación de distribución real de un gran punto de venta al por menor alemán. El conjunto de datos abarcaba una semana de movimientos desde un centro de distribución en una región de Alemania hasta más de 400 clientes. El ahorro obtenido al usar camiones compartimentados en contraposición a SCV era coherente con el indicado en el modelo. El cambio a la distribución con MCV obtuvo un ahorro en costes de un 6,3% a la semana.
Los investigadores también utilizaron el modelo para explorar otras posibles ventajas de un sistema de distribución basado en MCV. El modelo confirmó que este sistema versátil puede conseguir rutas más eficientes para los vehículos, así como mayor flexibilidad operativa.
Claro está que estos resultados variarán para otros sistemas de distribución diferentes. No obstante, el modelo ofrece una herramienta de apoyo de decisiones valiosa para el sector de la alimentación en Europa a la hora de evaluar las ventajas y los inconvenientes de la distribución con MCV.
Este artículo ha sido redactado por Dr. Alexander Hübner, profesor asociado de Logística y Gestión de Cadenas de Suministros del Centro para la Logística y la Gestión de Cadenas de Suministro de Luxemburgo y Manuel Ostermeier, investigador asociado de la Universidad católica de Eistert-Ingolstadt. Si desea obtener más información sobre la investigación, póngase en contacto con el autor en: alexander.huebner@uni.lu.