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Supply Chain Frontiers issue n.º 59. Lea todos artículos en este asunto.

Las empresas colaboran a menudo con proveedores y clientes para reducir la huella de carbono de las operaciones de transporte de mercancías. El fabricante colombiano Corona y el Centro Latinoamericano de Innovación en Logística (CLI), con sede en Bogotá, Colombia, se han unido con otra empresa importante de logística para reducir las emisiones de carbono y han creado una comunidad de conductores de camiones.  

Corona se fundó en 1881 y es uno de los mayores fabricantes de Sudamérica. Está compuesta por seis unidades de negocio y 12 fábricas en Colombia, tres en Centroamérica, una en Brasil y tres en Estados Unidos. La empresa fabrica una gran variedad de productos que abarcan desde materiales de construcción hasta cerámicas para el hogar.  

Hace seis años, Corona lanzó un programa de sostenibilidad medioambiental que establecía los objetivos para la mejora de cinco áreas: cambio climático (un uso más eficiente de la energía y una reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero), eco eficiencia (un uso más eficiente del agua y una reducción de la huella hídrica), conservación de los recursos naturales, desarrollo de productos sostenibles y cumplimiento normativo.

Para apoyar los objetivos relacionados con el cambio climático, Corona se marcó como objetivo conseguir una reducción del 10% en la huella de carbono de la empresa para 2020. A lo largo de los últimos cinco años, la huella ha disminuido un 5% y como parte de sus esfuerzos para duplicar esta cifra, Corona ha creado una iniciativa denominada Eco Driving project (Proyecto de Conducción Ecológica) con el fin de reducir las emisiones asociadas al transporte de mercancías.

Para transportar sus mercancías, Corona cuenta con 50 camiones y contrata a unos 1.000 conductores independientes que son propietarios de sus propios camiones. El proyecto se centra principalmente en la flota propia de 50 vehículos de la empresa en Colombia. Se completó recientemente un programa piloto de nueve meses gestionado por el CLI.   

Como parte del programa piloto, el CLI cuantificó el consumo de combustible de los camiones y analizó las pautas de trabajo de los conductores que empleaban hardware y software de detección de variables de los motores. Los datos se emplearon para diseñar un programa de formación destinado a los conductores sobre el uso de vehículos de acuerdo con las especificaciones del fabricante, los parámetros del motor, las condiciones topográficas y medioambientales regionales y los objetivos de sostenibilidad de la empresa. El objetivo principal era mejorar el rendimiento del conductor mediante la enseñanza de buenas prácticas en la conducción de vehículos y el mantenimiento planificado.

El curso se creó en colaboración con el SENA (Servicio Nacional de Aprendizaje), la organización de educación superior gestionada por el gobierno de Colombia. La Universidad Andrés Bello, en Chile, participó en las sesiones docentes y el CIMA (Centro de Investigación en Mecatrónica Automotriz), un centro de investigación del Tecnológico de Monterrey de la Universidad de México, también se comprometió con el proyecto. Colciencias, el Ministerio de Ciencias de Colombia, proporcionó la financiación.

“Nos estamos asociando con nuestros conductores para poder cumplir los objetivos de sostenibilidad y aumentar la eficiencia de nuestra flota,” dice Mario Bernal, Director General en materia de Medioambiente de Corona.

Por ejemplo, la regulación de las velocidades de los vehículos, el mantenimiento de la presión neumática adecuada y la optimización del uso de los frenos aumentan la eficiencia de los camiones, reducen el consumo de combustible y disminuyen los niveles de emisiones. La optimización de la programación de los camiones en los centros de logística también formaba parte del programa piloto.  

Un análisis del programa de formación y del proyecto global llevado a cabo por el CLI confirmó que la iniciativa fue un éxito. Se consiguió una mejora del 14% en el consumo de litros por kilómetros, así como una reducción del 6% en los costes de combustible. Durante la ejecución del proyecto, los niveles de emisiones de gases de efecto invernadero de la flota se redujeron en un 19%. Además, el programa redujo costes al disminuir los gastos en combustible de Corona y permitir que la empresa utilizara sus camiones de forma más eficaz y menos costosa.

El programa piloto también ha beneficiado de manera significativa a los conductores. El principal beneficio de mejorar las prácticas de conducción ha sido reducir el índice de siniestralidad. Además, se produjeron mejoras en la calidad de vida de los conductores puesto que los horarios de conducción variaron menos durante el programa piloto.   

Bernal dice que uno de los resultados más importantes “es el cambio en la motivación de los conductores.” Además de cambiar la forma en que hacen su trabajo, los conductores proporcionaron ideas valiosas para nuevas mejoras. Por ejemplo, sugirieron que se ajustaran las velocidades de los vehículos para tener en cuenta distintos terrenos como zonas montañosas. “La cultura de la conducción ha cambiado porque ahora los conductores saben lo que es la huella de carbono y la manera en que esta se relaciona con su trabajo. Esto aumenta compromiso con el proyecto” declaró Bernal.

El proyecto se está extendiendo ahora a la comunidad de conductores independientes de Corona. También se muestra interés por aplicar el programa en otras flotas, probablemente en colaboración con el gobierno colombiano.

“Existe aproximadamente medio millón de conductores de camiones en Colombia y formarlos para que sean más conscientes de la sostenibilidad es una medida relativamente fácil y económica que permite reducir la huella de carbono del transporte de mercancías,” dice Bernal.

Para obtener más información sobre Eco Driving project, contacte con Luisa Cuéllar, Relaciones Públicas y Contenidos de Logyca, en lcuellar@logyca.com.