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Supply Chain Frontiers issue #40. Lea todos artículos en este asunto

¿Cómo distribuir alimentos de forma segura y eficiente  en una gran ciudad en un país en desarrollo, a una población de más de 7 millones de personas? Bogotá, capital de Colombia, está resolviendo está pregunta mediante un proyecto único de investigación de cadena de abastecimiento que involucra al Centro Latinoamericano de Innovación en Logística (CLI). Los hallazgos iniciales ofrecen algunas lecciones importantes para las crecientes megas ciudades del mundo.

En el 2006 el alcalde de Bogotá adoptó el Plan Maestro de Seguridad Alimentaria y Abastecimiento (FSSMP) que busca hacer más asequible el abastecimiento de alimentos a los habitantes de la ciudad, y mejorar la nutrición de estos ciudadanos. El FSSMP propone la creación de un nuevo sistema de abastecimiento de alimentos basado en una red logística que facilita el flujo de producto y sincroniza el abastecimiento con la demanda. Este enfoque promete resolver las ineficiencias en el sistema tradicional de abastecimiento de alimentos en dos grandes frentes: la falta de economías de escala en transporte y las pérdidas excesivas de productos debido a malos manejos.

El CLI ingreso en la ejecución del plan a mediados de 2009 con el propósito de analizar las cadenas de abastecimiento de los alimentos más vendidos: papas, naranjas, bananos, plátanos y tomates. Adicionalmente, el proyecto estaba dirigido a estudiar la interacción entre los actores de la cadena y el flujo de producto, información y dinero a través de la cadena de abastecimiento. Los investigadores realizaron recomendaciones sobre qué acciones priorizar para mejorar la cadena de abastecimiento y apoyar a los productores, especialmente a los pequeños productores.

La investigación ha mostrado que estas metas podrían ser más difíciles de alcanzar que lo esperado. Los actores a lo largo de la cadena de abastecimiento buscan optimizar sus propios resultados más que el desarrollo de la cadena como un todo. De hecho, los hallazgos sugieren que sin un nivel de integración entre todos los actores, las iniciativas para aumentar la eficiencia en la cadena de abastecimiento podrían ser inútiles y, en algunos casos, hasta contraproducentes.

Algunos hallazgos interesantes se listan abajo.

  • Los criterios de maximización del rendimiento del productor tienen que ver más con minimizar los riesgos de venta que con alcanzar el precio más alto.
  • Los intermediarios y vendedores mayoristas cumplen un rol muy importante facilitando las transacciones que abastecen alimentos a la ciudad, particularmente para productos de bajo volumen.
  • Los intermediarios y vendedores mayoristas han acumulado recursos financieros y contactos, los cuales usarán para defenderse en caso de  cualquier iniciativa de asociación que amenace sus negocios.
  • Para los operadores/propietarios de tiendas de barrio, vender productos es una forma de atraer clientes en un mercado altamente competitivo. Conveniencia, disponibilidad de producto y variedad, y la capacidad de seleccionar los productos personalmente son atributos de servicio altamente valorados.
  • Cada grupo de la cadena es muy especializado; por lo tanto, solo pocos negocios pueden ofrecer el potencial para integrar dos o más etapas de la cadena de abastecimiento.

Arturo Molina,  Coordinador de Servicios Logísticos y Transporte del FSSMP, cree que estos hallazgos son consistentes con el que es el mayor obstáculo para la implementación del plan: construir consenso entre los actores y compartir información. Por ejemplo, aunque la estructura de gobernabilidad del FSSMP incluye grupos de dirección público-privados, unir ambas partes ha probado ser difícil. Discusiones más asertivas e incentivos más fuertes son necesarios para acortar esta brecha.

Otro hallazgo importante es que antes de analizar las cadenas de abastecimiento de producto, es necesario decidir qué nivel de detalle es apropiado para la investigación. Incluir todos los productos bajo un mismo grupo no tiene en cuenta los problemas particulares que afectan a los productos individualmente. Por otro lado, los análisis a nivel de producto no siempre producen suficiente información.

El proyecto proporciona algunos indicios sobre cómo crear grupos de productos para investigación. El primer criterio es la relación entre oferta y demanda; algunos productos eran consumidos en altos volúmenes, mientras otros eran de baja demanda. Un segundo criterio es la distancia entre los lugares de producción, el comercio al por menor y/o consumo. Productos cultivados localmente podrían ser transportados en vehículos de baja capacidad y aún así ser vendidos a precios razonables, mientras los productos cultivados en áreas distantes requerirían vehículos más grandes para la entrega al mercado. La producción promedio por agricultor es otra consideración. Es relativamente fácil llenar camiones con productos de alto rendimiento en producción, incluso cuando fueron cultivados por pequeños productores, pero los cultivos de bajo rendimiento deben consolidarse. El CLI ha propuesto nuevas investigaciones para observar estos factores en mayor detalle.

El equipo del CLI, y el análisis, aunque incompleto, ha dados luces sobre los retos que el FSSMP enfrenta para alinear la producción, el comercio, la distribución y venta al por menor de frutas, vegetales y tubérculos. “La investigación del CLI ha confirmado con datos algunos hechos que muchos han percibido, pero que no habían sido debidamente considerados por la falta de información y comprensión de sus impactos,” dice Molina.

La complejidad del sistema de abastecimiento de alimentos de Bogotá se agudiza por el número de socios comerciales involucrados. Un análisis llevado a cabo en 2003-2004 estima que hay 26.000 productores, 1.800 intermediarios o proveedores de servicio de transporte, 4.800 vendedores mayoristas y procesadores de alimentos, y 135.000 vendedores minoristas involucrados diariamente en el proceso de abastecimiento de alimentos para los bogotanos. Es fácil perderse en este laberinto de actores.

Muchas otras grandes ciudades en países en desarrollo tienen sistemas de abastecimiento de alimento similares, y pueden aprender mucho del FSSMP de Bogotá. Numerosos estudios han mirado asuntos logísticos específicos, pero pocos han asumido un enfoque holístico a la cadena de abastecimiento.

La experiencia de Bogotá sugiere que si estas ciudades quieren construir cadenas de abastecimiento más efectivas, enfocándose en la colaboración – incluso con todos los costos inherentes involucrados- es probable ofrecer una cadena de valor menos riesgosa y más sostenible que si el foco estuviera en la eficiencia.

Para mayor información en el trabajo de FSSMP del CLI, por favor contactar a Andres Baquero, Investigador del CLI, al email: abaquero@cli-logica.org; y a Arturo Molina, Coordinador de Servicios de Transporte y Logística del FSSMP, al email: arturomolina@desarrolloeconomico.gov.co